4 de noviembre de 2009

Respuestas al artículo "La Iglesia y el sida" de Luís María Ansón


Efectivamente, el autor de esta diarrea mental pésimamente argumentada y ultratendenciosa es Luís María Ansón. ¡Qué vergüenza que miembros de la Real Academia de la Lengua Española hagan este tipo de declaraciones firmando como tales!

El título del artículo es tendencioso: “La iglesia y el sida” no responde al contenido de la columna. Debería optar o bien por “Los religiosos misioneros y el sida” o bien decirse por “La jerarquía de la Iglesia Católica y el sida”. Confundir a los religiosos misioneros con la jerarquía de la Iglesia Católica es demagógico y muchos de entre los primeros se sentirían afrentados por tal comparación. A menudo son aquellos miembros de la Iglesia que más decididamente se enfrentan a la jerarquía corrupta exigiendo fervientemente a ésta que sea coherente con la verdadera filosofía cristiana que emana de las enseñanzas de Cristo y que evolucione su mensaje y su doctrina para adaptarlos a la realidad del mundo de hoy, poniéndose del lado de los pobres y desfavorecidos en lugar de preocuparse por acapara el poder por sí mismo en una institución internacional muy influyente. El texto del artículo, a renglón seguido, sigue confundiendo a propósito ambos niveles irreconciliables.

Por otra parte, si se va a hablar del sida, háblese del sida. No vale atacar una decisión que tiene como objetivo contribuir a la prevención del SIDA y poner en el otro plato de la balanza el papel de los misioneros, como buenos cristianos auténticos, en su labor de atención a los pobres y débiles en muchos otros ámbitos. Si hemos de hablar del conjunto, hablemos de las enormes subvenciones que el Gobierno de la Nación entrega a la Iglesia Católica y en qué medida esos fondos permiten sufragar los gastos de las misiones que, como la jerarquía eclesiástica sabe muy bien, son un instrumento de expansión del poder y la influencia de la Iglesia Católica, aprovechando para ello la muy loable labor de multitud de verdaderos y entregados religiosos verdaderos seguidores de Cristo.

“solo se encuentra uno con misioneros y misioneras católicos” es radicalmente falso. “Esa es la escueta” mentira. Hay también muchas personas laicas o creyentes que entregan parte de sus vidas, arriesgándolas en innumerables ocasiones -ha habido muertes, secuestros, persecuciones de estos voluntarios-, para ayudar a los desfavorecidos en el marco de varias ONGs. Conozco a algunos de ellos. Para beneficio de algún escéptico de gatillo rápido, déjame decir que puede que algunas -pocas- personas hayan protagonizado escándalos en relación con alguna ONG en algún país, pero eso no invalida la ingente labor humanitaria de muchísimos otros genuinos filántropos, de la misma manera que los escándalos protagonizados por sacerdotes sodomitas y pedófilos no invalida la inestimable obra de esos innumerables religiosos auténticamente entregados al bien al prójimo.

Muchos, muchísimos de esos misioneros, monjas y religiosos entregados son comunistas ideológicamente hablando incluso sin saberlo y, en su práctica diaria, casi todos son verdaderos comunistas por sus actos. Obras son amores y no buenas razones. Lo mismo se puede decir de los voluntarios de muchas ONGs, entre los cuales se encontrarán también unos cuantos militantes socialistas y de otros partidos y conozco también a algunos de ellos. Así que no es verdad tampoco aquello de “Nunca me he tropezado en esos lugares con un comunista militante”. ¿O no lo quiso Vd. ver sr. Ansón?


Tampoco es verdad que “los misioneros y misioneras permanecen al margen de las pancartas y los sermones políticos”. Bastantes han manifestado su ideología “de izquierdas” y su crítica hacia el modelo de pensamiento único capitalista y hacia las políticas y prácticas ultraliberales de las instituciones internacionales como el FMI y Banco Mundial. Alguno se ha dejado la vida en su denuncia marcadamente política como, por ejemplo, el arzobispo Romero y no es un ejemplo aislado.

Cuando el sr. Ansón empieza a hablar del millón de preservativos enviado a África ya se le ve por fin el plumero. Los párrafos anteriores hacen patente que no es quien dice ser “he recorrido en trabajo profesional más de 100 países” … “todos los profesionales del periodismo sabemos …” ¿todos?, más bien diría que es un profesional de la intoxicación y que, o bien no ha viajado mucho a las regiones donde almas caritativas, religiosos o no, atienden a los enfermos y necesitados, o no se ha relacionado con ellos o no ha estado atento, o se está inventando su veneno desinformador o bien está mintiendo descaradamente y no nos está contando la realidad de lo que ha vivido.

A partir de aquí la identificación descarada del Papa -jerarquía- y los millares de misioneros y misioneras es absolutamente reprobable.

Y ya la guinda “El papa cree que la mejor forma de combatir el sida en África es la monogamia y la fidelidad…”. En el caso de que realmente el papa se crea eso, cosa que dudo, simplemente es que está equivocado y no toca con los pies en la tierra. Está en las nubes, rodeado o no de angelitos, pero muy desinformado. ¿Alguien cree que la monogamia y la fidelidad la practica el 100% de los jóvenes y adultos de su entorno? ¿O cree que usan preservativos cuando echan una canita al aire para evitar males mayores? ¿Le recomendarías a tus hijos que usasen preservativos, o se lo prohibirías y sólo les repetirías que sean monógamos y fieles pero, sobre todo, te opondrías a que usen preservativos? Pues eso: si el preservativo es bueno para nosotros también es bueno para los pobres africanos. Si en África el SIDA tiene mucha incidencia, no será porque los africanos sean más promiscuos que los europeos, es que aquí te vas a una farmacia y te compras tu cajita de preservativos para prevenir el riesgo de contraer el sida cuando echas tu canita al aire. No seamos tan hipócritas.

Patético lo de “No ha tenido en cuenta lo estupendas que están las negritas y lo difícil …”. Las hay y muchas que no están nada estupendas. ¿O es una divertida confesión inconsciente de sus fetichismos insatisfechos sr. Ansón? Allí las mujeres envejecen rápido por desgracia. Y también hay negritos que están estupendos… los batusi son especialmente guapos y atractivos. No me sea Vd. casposo y machistorro Luís Mari.

“Escuché en una tertulia de radio a un simpático homosexual cebarse con el Papa y despotricar contra la Iglesia” -léase jerarquía eclesiástica que no es lo mismo-. Luís Mari, el papa y la jerarquía dispararon mucho antes y a matar -literalmente-. Empezaron por hacer hogueritas hace ya muchos siglos y dieron en tener a los homosexuales por invitados de privilegio, es decir tan de primera fila que se quemaban, de torturas se llevaron también su dosis, continuaron por culpabilizarlos y contribuir a su marginación social tildándolos de pecadores y por último ahora, en un alarde de suavización de sus ataques, los clasifican como seres enfermos y desviados contranatura, a pesar de que la homosexualidad es una opción de la madre naturaleza. Así las cosas, es más que comprensible que, a la que han podido liberarse de tanta persecución y han empezado a ver reconocidos sus derechos como simples ciudadanos cualesquiera, algún que otro simpático homosexual haya que mande al papa y la jerarquía a tomar por culo, lo cual tampoco es tan malo. Lo dicen incluso algunos osados miembros de la Iglesia que se atreven -muy pocos- a sacar un dedito del armario:  entre los cardenales, arzobispos, obispos, curas, monjes, monjas y quizás también entre los papas, como entre cualquier grupo humano, habrá algunos homosexuales capaces de disfrutarlo.

Si ese simpático homosexual de la entrevista en la radio se pusiese enfermo de sida aquí, si fuese hetero igualmente, lo más probable es que lo atendiesen doctores y doctoras y enfermeros y enfermeras que, sean o no creyentes, actúan profesionalmente dentro de hospitales que costeamos con nuestros impuestos y que actúan en calidad de profesionales de la salud, no en calidad de misioneros. Así pues, eso de que “quien te atenderá con amor y dedicación en el hospital será una monja católica” es una más de esas mentiras demagógicas e intoxicadoras. En cualquier caso, si tal homosexual viviese en África, donde es más probable que le atendiese una monjita, seguro que le estaría más que agradecido a esa monjita, de la misma manera que se lo estará al doctor o la doctora de Médicos sin Fronteras que también le atiende en ese hospital, incluso si es un doctor y doctora que vota al PSOE, que los hay. Y seguro que, si tiene dos dedos de luces, maldecirá al mismo tiempo al papa y a la jerarquía por su falta de respeto a las enseñanzas de Cristo, por haberlo criminalizado y marginado y estigmatizado socialmente toda su vida y, sobre todo, por haberse opuesto al uso de preservativos y haber hecho proselitismo contra esta medida profiláctica que todos los profesionales e investigadores serios de la salud afirman que, de haberla utilizado, aunque fuese donada por la caridad del pueblo español, le hubiese salvado del contagio de la plaga del SIDA. Y así la monjita y el doctor o doctora de Médicos sin Fronteras hubiesen podido dedicar sus atenciones y necesarias energías a curar y a atender a otros pacientes que sufren problemas de salud mucho más difíciles de evitar. ¿Quién es el papa y cuál es su cualificación profesional, qué estudios y experiencia tiene, para opinar sobre la mejor manera de combatir una enfermedad? ¿Es un investigador en la materia o habla en base a estudios científicos? ¿Es consciente de la influencia de sus palabras y de la responsabilidad que conlleva esa influencia? Estamos en el siglo XXI no en la Edad Media sr. Ansón.

En estos momentos me gustaría pensar que existe Dios y que sigue practicando el ejercicio del Juicio Final. No me cabe duda que los misioneros y misioneras y los voluntarios de las ONGs, incluso aquellos con carnet del PSOE, recibirían una sentencia aprobatoria y una mirada benévola por parte del Juez Supremo. Y desearía poder estar presente en la sesión en la que se juzgue la causa del papa y la de los miembros de la jerarquía católica. A ver qué pasa.

¡Ah! Me olvidaba, también me intriga el resultado de la sesión del sr. Luís María Ansón ¿Caerá la justicia divina sobre él o pesará el atenuante de que ya estaba gagá cuando escribió esas palabras?

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