14 de octubre de 2009

La gripe A, el marketing eficaz, la OMs, el Nuevo Orden Mundial, Teresa Forcades y la ciudadanía responsable


A raíz de este vídeo de Teresa Forcades, muchas personas que lo han visto, más de un millón en vimeo y algunas decenas de miles más en youtube, se hacen cruces -nunca mejor dicho- con lo que la doctora y hermana Teresa nos revela con sus fáciles de entender explicaciones respaldadas por documentación seria. "¿Pero cómo puede ser?" se ha dicho más de una y uno. No hace falta ponerse a pensar en complots, aunque la historia de la humanidad está forjada a base de complots en un sentido amplio de la palabra. Basta con imaginarse a los presidentes y vicepresidentes y directores, sobre todo comerciales, de las grandes farmacéuticas y tener una mínima idea de cuál es su misión como directivos y de cómo el funcionamiento empresarial los desecharía si no se muestran dispuestos a cumplirla.

Sí claro, si tu supermegabonus, tus stock options y tu contrato como alto directivo depende de vender medicamentos, vacunas incluidas, lo mejor te puede pasar es que se declare una pandemia para la que tu compañía produce una vacuna o uno de los tres antivirales en el mercado.

Pensemos cómo deben hacer sus planes de marketing las multinacionales farmacéuticas, no me refiero a la publicidad, me refiero a la planificación empresarial de qué acciones se van a llevar a cabo para vender más y a mejor precio sus productos. Todas las empresas de cierto tamaño hacen ese plan periódicamente o perecen. Sin ser un conocedor del sector, se me viene a la cabeza que ofrecer una vacuna en dos dosis en lugar de un una debe ser una buena idea de 'producto'. No hablemos ya de tener la suerte de que la OMS modifique los criterios para declarar una pandemia de forma que una simple gripecilla más suave que la estacional que nos visita cada otoño permita declarar la fase de alerta 6 y recomendar al mundo que adquiera cerca de 3.000 millones de dosis. Más abajo aclararé qué significa una recomendación de la OMS en caso de pandemia.

Otras acciones de marketing efectivas pasan por administrar inteligentemente la contratación de altos directivos ‘bien conectados’, así Gilead Sciences, fabricante de Tamiflu, en 1997 contrata como chairman -presidente no ejecutivo- al sr. Donald H. Rumsfeld que anteriormente había sido congresista en 4 legislaturas, embajador de los EEUU en la OTAN, jefe de personal de la Casa Blanca y Secretario -ministro- de Defensa. Tras su etapa como chairman, Mr. Rumsfeld, poseedor aun de varios millones de dólares en acciones de la empresa, es llamado a asumir de nuevo la Secretaría de Defensa en la Administración neocon del presidente Georges W. Bush, la cual en 2005 hace encargos de Tamiflu por cerca de 2.000 millones de dólares. Eso es un chairman con buenas conexiones.

También en 2005 con la gripe aviar difundiendo el pánico, sobre todo a través de los telediarios de todo el mundo, Roche, laboratorio que tiene un acuerdo con Gilead Science para fabricar y distribuir Tamiflu (oseltamivir), hace una donación de 3 millones de dosis a la OMS.

La Institución agradece la donación con un comunicado de prensa en el que afirma que
El oseltamivir puede ayudar a reducir la morbimortalidad y, junto con otras medidas, podría contener la aparición de un virus pandémico o frenar su propagación nacional e internacional.
y el entonces Director General de la OMS, Dr. LEE Jong-wook, en rueda de prensa declara que
Si se produjera una pandemia de gripe, esos medicamentos podrían ser enviados rápidamente por vía aérea al lugar afectado […] Instamos a otros países a que nos ayuden a crear esa reserva mundial.
Como consecuencia, en medio del pánico a la gripe aviar, más de setenta estados compran decenas de millones de dosis de Tamiflu para constituir esas reservas mundiales recomendadas por la OMS: muchos miles de millones de euros.

Con anterioridad a la gripe aviar el Tamiflu se vendía tan poco que Roche podría haber pensado en retirarlo. Esto no se llama complot, se llama marketing eficaz.

¿Pero cuan importantes las recomendaciones que emite la OMS? Veamos.


194 estados -el mundo- se obligan legalmente a seguir las recomendaciones de la OMS. Son los firmantes del tratado internacional que supone el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), adoptado por la 58ª Asamblea Mundial de la Salud el 23 de mayo de 2005 y que entró en vigor el 15 de junio de 2007. El RSI «es un instrumento jurídico internacional de carácter vinculante» El énfasis es mío

Según las FAQs de la OMS respecto a las consecuencias para un estado de no respetar las recomendaciones:
… une image internationale ternie, une morbidité/mortalité accrue dans les populations touchées, des restrictions unilatérales aux voyages et aux échanges commerciaux, des perturbations économiques et sociales, ainsi que l'indignation publique.
Énfasis especial en: restricciones unilaterales a los viajes y a los intercambios comerciales, y perturbaciones económicas o sociales … En definitiva el bloqueo internacional, así que esas recomendaciones no son sólo consejillos.

Más aclaraciones:
El RSI obliga también a los países a reforzar sus medios actuales de vigilancia y respuesta sanitarias.
Y extraído del texto del Reglamento
La aplicación de las medidas sanitarias que se adopten en cumplimiento del presente Reglamento será inmediata y perentoria
Así pues, si la OMS recomienda a los Estados Parte adquirir vacunas para toda la población para “reforzar sus medios actuales de […] respuesta sanitarias.”, estos estados -casi toda la población mundial- están obligados a comprar MILES de millones de dosis de esas vacunas a las multinacionales farmacéuticas que han sido licenciadas por la OMS. Para entender cómo se piensa y cómo se manejan los números cuando se está sentado en el “ministerio de salud del mundo” lee atentamente la Nota informativa núm. 11 sobre la Gripe pandémica (H1N1) 2009.

¡ Mola eso de ser ministra mundial ! ¿No sra. Margaret Chan?

Atención pregunta:

¿Si los laboratorios farmacéuticos, como parte de sus presupuestos de marketing, hacen regalos y pagan viajes y estancias para asistir a congresos a médicos que tienen capacidad de prescripción de medicamentos sobre unas 1.000 personas, que presupuesto de ‘marketing’ estarán dispuestos a invertir para hacer lobby e influir en las decisiones de la OMS que extiende recetas para 6.780.000.000 seres humanos?

Respuesta: multiplica por 6.780.000 lo que están dispuestos a gastarse en un médico y tendrás una cifra aproximada. A mí me salen estimaciones que pueden superar los 10.000 millones de euros ¡¡¡ Eso es una pasaaaaadaaaaaa de pasta para influir !!!

Para que esto esté ocurriendo no es necesario imaginarse ningún complot, sólo imaginar el curso natural de las cosas. Y si estás pensando que si tú fueses la presidenta de Novartis jamás permitirías que la compañía tratase de influir en la OMS poniendo el negocio por delante de la salud pública mundial, déjame decirte que con ese enfoque directivo nunca llegarías, no sólo a presidenta, sino a subdirectora funcional de una subsidiaria en un país mediano. Y, si por una casualidad, los mecanismos de promoción y selección de altos directivos de la multinacional fallasen tan estrepitosamente como para que fueses nombrada presidenta, durarías menos en el puesto que un caramelo a la puerta de un colegio. Así que demos por hecho que sí, que las multinacionales farmacéuticas emplean sus enormes recursos para influir en las decisiones de salud en el mundo de forma que estas decisiones beneficien a sus negocios. De lo contrario no serían empresas.

Por otra parte, las Instituciones mundiales están construyéndose lenta y silenciosamente y los Estados les están entregando buenas dosis de soberanía a través de la adhesión a los tratados que regulan sus funciones y los derechos y obligaciones de los Estados miembros. El gobierno de los asuntos de dimensión mundial es imperativo, inevitable y necesario en el mundo global de hoy que enfrenta problemas y retos mundiales imposibles de afrontar desde el nivel de decisión de los Estados nacionales. Además, esta tendencia de mundialización de los asuntos humanos es creciente. Un “Nuevo Orden Mundial” es inevitable. Lo que está por ver es si será bueno o deseable para la ciudadanía mundial este particular nuevo orden mundial que se está diseñando y construyendo a nuestras espaldas, sin consultarnos ni informarnos.

Sí, soy consciente de que acabo de llenar este texto de referencias a la web públicamente accesible de la OMS y que me he podido descargar y revisar el RSI, pero ¿llega al 0,1% de la población aquellos que lo han hecho? ¿Y por qué no se nos informa activamente de estos asuntos y de sus consecuencias que tanto nos conciernen? ¿Cómo puede ser que no sepamos que si un reducido grupo de personas reunidas en Ginebra así lo deciden, nuestras autoridades estarán obligadas legalmente a imponer una vacunación obligatoria a los españolitos so pena de ser objeto de un aislamiento y bloqueo económico internacional de dimensiones no aclaradas? ¿Por qué no se nos informa de estos tratados y se debaten las alternativas en las televisiones y los diarios de gran tirada en lugar de tanta basura como nos ofrecen? ¿Y por qué no nos consultan cuando la cesión de soberanía es significativa? ¿Cuáles son los mecanismos de rendición de cuentas de estas Instituciones ante la ciudadanía global? ¿Responde su diseño a una voluntad de construir un entramado institucional mundial que incorpore mecanismos democráticos? Mucho me temo que las respuestas a todas estas preguntas no nos van a gustar nada.

Ojo, estoy completamente convencido de la necesidad de las Instituciones mundiales, de un nuevo orden mundial. Después de revisar la web de la OMS y leer en diagonal el RSI no me cabe la más mínima duda que en nuestro mundo globalizado en el que el intercambio de mercancías y el movimiento de personas es cosa de horas, los peligros que para la salud mundial supone esa nueva velocidad de propagación de las enfermedades contagiosas, algunas muy peligrosas, son espeluznantes. Son muchas las normas, los procedimientos y las acciones que se han de llevar a cabo ágilmente a nivel mundial para confrontar cualquier amenaza de pandemia, porque los virus y las bacterias también viajan en horas de una punta a otra del mundo y se reproducen sin esperar a que las burocracias de 200 estados, cada uno de su padre y su madre, se pongan de acuerdo con una lentitud terrible.

No es esa mi inquietud, los objetivos, la misión, los medios y los acuerdos internacionales necesarios para que su aplicación sea efectiva no es lo que me preocupa, sino la constatación de que la estructura política y de decisión de estas macroorganizaciones es opaca y que no responde a ningún mecanismo democrático y de rendición de cuentas, lo cual, siendo su ámbito de actuación tan amplio y los recursos que pueden movilizar directa o indirectamente tan grandes, da miedo.

Si aquí en la aldea en la que vivimos -Barcelona- donde todos nos conocemos, sólo por mencionar un ejemplo actual de los muchos existentes, el sr. Fèlix Millet ha podido durante lustros hacer y deshacer a sus anchas y, a pesar de que existe un órgano de control como la Sindicatura de Comptes que ya en el año 2000 señaló irregularidades de millones de pesetas en su informe de fiscalización, ha podido seguir con sus hazañas, compartiendo botín con fundaciones afines a partidos políticos que tenían la capacidad y la misión de exigir que se investigasen dichas irregularidades detectadas. Si un personaje así, que acaparaba más de 20 cargos de presidencias y vicepresidencias, ha podido tejer tal nivel de corrupción mientras era condecorado con honores patrios, si en las administraciones central, autonómicas y locales los presupuestos de las obras públicas se disparan respecto a lo previsto alrededor de oscuras tramas corruptas a pesar de los controles oficiales y de un diseño teóricamente democrático del entramado institucional, ¿qué no podremos esperar de estas nuevas instituciones mundiales sometidas a las enormes presiones procedentes de gigantescos lobbies que las cortejan sin lugar a dudas?

Nuestras mentes han sido domesticadas para creer que existen áreas de la cosa pública en las que el poder discrecional es necesario y también para aceptar que este poder es intrínsecamente bueno por el simple hecho de ocuparse de nuestros asuntos. Pero esa teoría no tiene ninguna base científica, al contrario, la historia nos demuestra tercamente que el poder discrecionalmente ejercido ha sido repetidamente utilizado por los grupos que lo han ostentado en su propio beneficio a costa del resto de la población. La concentración de poder que las nuevas instituciones mundiales están configurando, sin duda necesaria, exigen un nivel de responsabilidad e implicación ciudadana mucho mayor al que estamos acostumbrados, nuestra complacencia bienestante, nuestra complicidad sumisa en el proceso de alienación respecto a la res pública global y nuestro desentendimiento de lo que se cuece es un comportamiento irresponsable que podemos acabar pagando muy caro y uno de los mayores vectores de riesgo social contemporáneos.

El listón de la ciudadanía vigilante y responsable acaba de elevarse muchos metros sin avisar y nos ha pillado bajos de forma.

Teresa Forcades, como cualquiera de nosotros, es una hormiguita entre 6.789 millones, pero también es una ciudadana ejemplar que ha sabido alcanzar las reservas de rebeldía que todos poseemos y aprovechar los instrumentos que el progreso ha puesto en nuestras manos para investigar los entresijos de un asunto global, conectar los puntos y difundir sus averiguaciones globalmente. Su mensaje ha sido copiado y reproducido por Internet, su vídeo ha sido visionado 377.000 veces en Vimeo y más de 20.000 en youtube en 13 días y se está subtitulando al inglés y a otros idiomas, ha sido mostrado en televisión y ha sido noticia en los principales diarios, incluso algunos de fuera de nuestras fronteras.

En un debate en Catalunya Radio con el Dr. Antoni Trilla jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona éste se vio obligado a afirmar “en cap moment la vacunació a Catalunya ha estat obligatòria, no és obligatòria i no serà obligatòria […] mai ningú ha obligat ni obligarà a vacunar-se a ningú de res. Les lleis ens protegeixen en aquest sentit”. Esta afirmación, aparte de poner de manifiesto la falta de conocimiento del Dr. Trilla sobre legislación internacional, demuestra la existencia de un poder amigo escondido en el ejercicio de la ciudadanía cuyo principal enemigo es nuestra irresponsabilidad y nuestra dejadez.

Teresa Forcades nos ha ayudado a conocer que la pandemia es una gripe de efectos, hasta la fecha, menos graves que la gripe estacional de cada año, que una de las farmacéuticas que producen la vacuna global ha sido causante recientemente de un reciente y gravísimo incidente de seguridad biológica en una de sus plantas de producción en Austria, aun no aclarado y bajo investigación, lo que pone en cuestión la prudencia de licenciar esta farmacéutica para producir la vacuna. También nos ha enseñado que la administración en dos dosis junto con la dosis para la gripe estacional es una novedad cuyas consecuencias para la salud no han sido suficientemente testeadas, que el coadyuvante utilizado en dosis probablemente más elevadas de lo habitual está relacionado con efectos secundarios potencialmente graves en algunos casos y que no está claro que los beneficios de su administración compensen los riesgos.

Y nos ha permitido saber que en el mes de mayo la OMS había cambiado la definición de pandemia eliminando el requisito de que la enfermedad fuese grave en términos de mortalidad u otros perjuicios para la salud.

Y por último, que en la fase 6 actualmente declarada, la OMS podría declarar obligatoria la administración de la vacuna a grupos concretos o incluso a toda la población, siendo vinculante el cumplimiento de esta recomendación para los cerca de 200 estados firmantes del RSI.

Seguramente este cambio en la definición de pandemia esté justificado. Producir una vacuna contra un virus con características novedosas requiere un tiempo. También lo requiere que los Estados realicen las pruebas que sean procedentes por seguridad sanitaria y adquieran millones de dosis y que puedan poner a punto los medios y procedimientos que les permitan administrarla a tiempo en caso de que la enfermedad se revele suficientemente grave y peligrosa como para que los beneficios compensen los riesgos. Este período de tiempo no debe permitir esperar a tener los datos epidemiológicos suficientes para determinar la gravedad y mortandad asociada a la enfermedad. Empezar a actuar tempranamente preparándose para lo peor debe ser inevitable. El coste de adquirir 37 millones de dosis, 270 millones de euros en el caso de España, aunque finalmente no fuese necesario utilizarlas, es una precaución que muchos aprobaríamos.

En resumen, probablemente sería excesivo pensar que existe un complot en el sentido más turbio del término y delirante pensar que el mismo consiste en difundir a propósito un virus mortal para diezmar la población utilizando como vehículo la vacuna contra la gripe A. Pero sería rematadamente ingenuo creer que ante un pastel mundial de decenas de miles de millones de euros sólo en vacunas, sin contar los antigripales como Tamiflu, las grandes multinacionales farmacéuticas se hayan abstenido de desplegar su maquinaria de presión y lobby sobre el organismo que vigila la salud mundial. La información que Teresa Forcades y otros ciudadanos han difundido entre la población ponen de relieve muchos aspectos aún por mejorar en la gestión de los retos sanitarios del mundo. Y, sobre todo, la necesidad de que la ciudadanía reclame ser informada de estos asuntos, de exponerlos al escrutinio público y de que se genere un debate necesario y beneficioso que no deberíamos eludir. Porque todo aquello que atañe a la salud es un asunto que nos incumbe íntimamente a todos y cada uno de nosotros y no es sano que nos desentendamos dejándolo en manos de burócratas sometidos a grandes presiones y tan lejanos de nosotros y nuestros intereses.

PS1: Mi opinión respecto a la administración de la vacuna, teniendo en cuenta que ha sido sometida a unos controles que desconozco por la UE y seguramente por la administración española, es que nadie debe delegar a la ligera esa decisión acerca de los suyos y, por tanto, es su responsabilidad informarse adecuadamente de los beneficios y riesgos y dejarse aconsejar sobre la conveniencia en su caso por su médico de confianza. Y en cualquier caso, no creo que sean los burócratas de la OMS quienes deban tomar esa decisión por todos y cada uno de nosotros. Las recomendaciones en este aspecto concreto deben ser sólo recomendaciones y deberían estar sometidas a escrutinio independiente con criterios científicos y médicos. Me guardo mis dudas al respecto en casos absolutamente extremos de verdadera pandemia, que no parece ser el caso de la gripe A/H1N1.

PS2: La libertad de expresión y la neutralidad en Internet, de forma que nadie pueda decidir discriminar la difusión de determinados contenidos, ha hecho posible que se sepa lo que se sabe, que se hayan difundido libremente los mensajes de Teresa Forcades y otros ciudadanos y que se haya podido generar un debate público sobre este asunto que, repito nos pertenece y atañe íntimamente a cada uno de nosotros, tan íntimamente como nos atañe una sustancia biológicamente activa inoculada en nuestro cuerpo por vía intramuscular, muy íntimo. Esta libertad de expresión y la neutralidad en Internet de la que nos servimos distan mucho de estar garantizadas. Es más, están amenazadas por proyectos legislativos, tanto en la UE como en EEUU, que son apoyados y perseguidos principalmente por el lobby de las telecomunicaciones y el de los derechos de autor. De aprobarse, estas legislaciones les permitan, entre otras cosas, controlar y discriminar las condiciones de existencia de unos u otros contenidos en la red y utilizar ese poder en beneficio de sus modelos de negocio. En particular a los europeos nos afecta el “Paquete Telecom”. En esta página puedes consultar lo que votan nuestros eurodiputados al respecto con detalle, la mayoría están suspendidos de progresía a pesar del partido al que pertenecen. ¡Cómo se sueltan el pelo cuando se sienten lejos allá en Bruselas del escrutinio público! ¿Que recursos pondrán en juego los encargados del ‘marketing eficaz’ de los lobbies y cuánto se dejaran influir nuestros eurodiputados? Compruébalo por gentileza de la Net Neutrality, … mientras dure.

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